Frases

Frases encontradas. Escritas por mí en los años.
Papeles amarillentos indicando un sentir, un momento...
Tiempo que pasa y va retocando las cosas con sus colores envejecidos...
Pero los sentimientos siempre son los mismos.

De la serie "BUEN DÍA DIOS" : Amanecer...

Amanecer con la certeza 

de que algo superior

te acompaña y te alimenta.

Y cuando más indefenso te sientes,

más poderosa es esa presencia.

Patricia Palleres

Frases de Patricia Palleres

Tenue música que se valancéa lejana entre los árboles frondosos de la primavera. 
Tiñe, sin saberlo, de colores las horas.

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Elevar mis brazos como queriendo atrapar algo de tu grandiosidad, postrarme a tus pies para besartelos infinitamente,
expresar con cantos originales mi algarabía hacia Ti.
Todo es escaso para agradecerte,Jesús,lo dado...

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Noche mulata.
Sin los artilugios del día
me enfrentas cara a cara
con la realidad.
Afuera los grillos
expresan su sinfonía.

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Seres derrotados 
frente a la noche. Quietud,silencio...
desolación.
Su densa oscuridad 
me permite ver luces nuevas. 
La reflexión,
la conciencia en orden...
y hasta el deseo se encienden como un farol.

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Frases de Patricia Palleres

De pronto, un frío invernal en plena primavera, que cómo una doncella iba cantando al encuentro de su amado "el verano", Pobre niña bella, teme no encontrarlo....
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TE EXTRAÑO
Tal es todo lo que te extraño,
que esta noche te soñé llegando a casa.
Me decías, ante mi mirada admirada:

- Ya estoy aquí. Sólo he estado enfermo y
he vuelto ya de alta.

Te veías tan vivaz...
Tan real!

Cuando desperté, dije en voz alta
sentada todavía en la cama:

- ¡Cuánta falta me haces Papá!

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Hoy tengo tiempo. Llevo tiempo sin tiempo y hoy lo vuelvo a tener... Es otra de las cosas milagrosas de mi vida. Leeré.
Ya con el libro en la mano,suspiro emocionada... Me adentro en su mundo.

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Qué hay más allá del verdor de los montes que visten el horizonte? Quizás allí se encuentren´Clarissa, los seres que perdimos. Quizás, allí el mundo se desdoble y la existencia sea feliz. Quizás allí nadie llore como nosotras amiga...

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Al atardecer encontró, luego de intentarlo varias veces, los acordes de esa nueva canción que taladraba su mente. Esa noche,estuvo dotada de una claridad nunca vista después de cantarla con su guitarra frente al ventanal.

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Por momentos en las

 zonas oscuras no encontramos el sentido a nada. Luego en cuanto el sol toca el rostro retrucamos con un "claro que vale la pena vivir". Es en ese momento donde el espíritu se aquieta...

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Me vi entre sus propósitos divinos...en admiración y agradecimiento!

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"La tierra piensa que ya no la quieren"...dice la canción.
Y digo yo : qué argumento le daré a la tierra para tranquilizarla frente a las evidencias?

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El manto aterciopelado de la noche cae sobre el valle bordeado de montañas apenas tocadas por el viento que amenaza en convertirse en fiera salvaje aullando en algún lugar entre las rocosas.

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Yo había puesto encima de mi pecho un pequeño letrero que decía: "CERRADO POR DEMOLICIÓN". Y aquí me tiene usted, pintado las paredes y abriendo las ventanas.

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Hablar..expresarse...transmitir lo que se siente. Poner sonidos a las sensaciones internas. Crear mundos insólito, algunas veces desconocidos. Jugar con los matices, inventar climas. Sentir que cada vocablo impacta en las almas. Sentirse responsable del futuro por venir....tal es el sueño del locutor.

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Amanecer del día miércoles en esta Mendoza bella. Todavía está oscuro y el silencio es importante. Parece estar todo despoblado, si no fuera por un perrito que repetitivo, ladra sin cesar y a su vez sin saberlo, me transmite la vida de afuera.

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Poeta del camino

Te vislumbraron de lejos,

repararon en tu ritual de símbolos.

Entonaron tus rítmicas resonancias

conmoviéndose hondamente.

Te abrieron las puertas del tiempo

te soltaron las cadenas y decretaron.

Te exhortaron a buscar senderos

por donde descubrir la vida en cascada.

La vida en cascada.

En vivencias atrapadas en las horas.

Liberadas inequívocas por un hueco

de la caverna lúgubre que habitaban.

Por generaciones resonaban tus letras.

Tus letras multicolores,

tu sabia de supervivencia

tu insistencia por susurrarle al cielo.

Y en el bulevar de los sabios

tu lumbrera era un llamado

tras el hondo silencio

de la noche con espesa niebla.

Era un silbido en el lejano valle,

un nuboso ente resignado

a ser fantasma huyendo del olvido

bregando por su destino.

Ahora serás poeta del camino.

 Tu impronta marcará el norte

en universos renovados

hacia otras generaciones.

Patricia Palleres

Profundo sufrimiento

Allí me encontraba, con el tedio de la espera. Ya hacía varias horas que aguardaba allí sentada. Sin pronunciar palabras. Mirándonos las caras unos a otros. Con el retumbar del televisor en lo alto de la pared. Único monólogo del lugar.

En eso, cuando ya ni sabía qué hora era, interrumpió mi hipnosis con la nada, la entrada de un ser escuálido, ojos verdes, ropa vieja y holgada en tonos cremas amarronados,  aunque limpia. Rostro recién afeitado con rasgos de noche, o de desorden de la vida. Cabello ondulado y exacerbado con un evidente batido.

Cuando entró, sus suaves gestos me llamaron la atención. Colgaba de su hombro izquierdo un bolso de cuero marrón. A primera vista, me pareció de mujer. Luego, corroboré. Era un bolso de mujer. Sorprendían sus modales femeninos. Si bien, ver hombres afeminados, a los que respeto y acepto, es común hoy por hoy. Sin embargo aquella mirada triste nunca la vi. Algo hacía que yo no pudiera dejar de mirarlo. No era curiosidad sino "un percibir de un llamado, un grito sin sonidos, Como si mientras más lo mirara, más posibilidades tenía de deducir un misterio.

Traté de no ser tan evidente. Pensé: ¿que veo? ¿qué hay de extraño?. Ahondé.....

Posteriormente me contesté:  

- Veo a un hombre que había olvidado su esencia inicial. Que íntegramente se sentía otra persona. Lo ansiaba profundamente, cómo saber por qué razones. También vi un profundo sufrimiento en una vida de muchas y grandes necesidades.

Narración

...NUEVAMENTE EL SOSIEGO

Siempre supo escuchar las sensaciones que el exterior le causaban a su ser. De ellas se alimentaban sus escritos. Apuntes que se multiplicaban en pilas de cuadernos.

Pero, si a lo que se siente, le agregamos batería de recuerdos, éstas, se vuelven  más fuertes, más  densas y más vigorosas.

Ese lugar ilustre, donde estudiara veinte años atrás, hoy la veía aparecer nuevamente. Qué placer pasar por aquel especie de túnel de cemento poderoso, silencioso y sabedor de secretos. Con hojas secas en los bordes llegadas hasta allí tras cien mil  vueltas con el viento. Hartas y mareadas, encontraban su refugio en ese corredor. En cuyo techo los automotores inscribían su bramido y luego, otra vez el mutismo del espacio.

Caminaba, y junto a ella, se oían otros pasos, aunque más débiles, eran indiscutibles. Miró para todos lados, pero no vió a nadie. Sin dar demasiada importancia, siguió su andar evocando aquellos años. Era inevitable no hacerlo. Ese sitio, aunque más deteriorado que antes, conservaba la esencia.

Su clima, su cielo de un particular turquesa, los pájaros improvisando cantinelas entre las exuberantes ramas. Su estilo tan diferente, su paz.....y nuevamente el sosiego.

Se vio de repente, en aquel tiempo, veinte años atrás, con dieciocho años. Pulsando la vida a borbotones, mezcla de inocencia y aprendizaje.....soñando un sin fin de situaciones, Con un futuro a estrenar.
Se vio, en entusiasmo sin fin, en su ser siempre sociable y con temores que hoy ya había superado. Aunque con un alma herida. Lesión herida esta, que aquella muchacha, por esos años, ni sospechaba que iba a tener un día.

Siguió avanzando. Volvió a sentir pasos a su lado, mas no advirtió a nadie. Ella sola iba por ese pasaje que se le presentaba con destellos de intelectualidad, de sabiduría y de genialidad. Olor a páginas amarillentas leídas por innumerables pupilas infinitas veces y  voces estrepitosas dentro de  los muros señoriales. Algo místico muy fuerte. Siempre lo había sentido así, solo que ahora lo exacerbaban las vibraciones de sus remembranzas.

Ya estaba subiendo las escalinatas de la entrada. A los costados, el exquisito olor de los tilos. Desde allí se oía el murmullo de los estudiante y profesores en afán de saber, en pugnas para alcanzar sueños, forjando camino y futuro renovado. Ella, lo sabía. Lo había vivido.
Subió, junto a ella...pasos. Observó, iba sola. Entró...todo estaba igual, sólo cambiaban  las personas.
Lo que ahondaba la sensación de estar en aquellos años.
Se sentía tan animada, tan entusiasmada y tan feliz por volver a estudiar.
Se detuvo  para examinar minuciosamente el sitio, no le importaba que la miraran. En su bolso llevaba sus libros y sus anotadores. Miró las aulas, las pizarras, los pupitres, los amplios ventanales proporcionando luz natural. Sí, cómo un fantasma, pudo ver su propia rostro cuando era una adolescente allí en el tercer banco, como entonces en gesto de concentración. Todavía faltaba una hora para dar comienzo a su primer clase en esta segunda oportunidad que le daba la vida. Aprovecharía esos sesenta minutos para ir al baño. Dió la vuelta. Otra vez los pasos muy cerca. Pero, nadie próximo.

Ya en el baño. !Cuántos recuerdos! Aquellos baños de notable pulcritud, de amplios espejos y delicados detalles. Lugar donde tantas veces se encontró rezando antes de un examen, o elucubrando junto a compañeras estrategias a seguir para tal o cual tema a presentar.Allí sola, se vio en el espejo, se emocionó...lloró. Luego, dejó sus muletas a un costado.Se apoyó cuidadosamente para no caerse. Sacó un pañuelo del bolso y se secó los ojo. Después de reponerse del impacto, se dirigió a su clase. Cruzó el umbral, salió al pasillo junto a los conocidos sonidos de cuatro pasos.